A veces los médicos utilizan ejemplos que te ayudan a comprender un poco el incomprensible laberinto del autismo. Uno de los neuropediatras que visitó a Ares echó mano de los automóviles:“Vamos a imaginar que los niños son como coches: Los que no tienen Trastorno del Espectro Autista (TEA) circulan, digamos, a 100 km/h. Ares no va a cien por hora. Va más lenta, pero avanza. No sabemos todavía si lo hace a 20 o a 60, pero aprende, y ayudándola mejoraremos su velocidad de crucero”.
Cuando comenzamos esta aventura, Ares difícilmente miraba a los ojos o expresaba alegría cuando íbamos a buscarla a la guardería o regresábamos del trabajo. Tampoco reclamaba casi nada, ni nos tenía demasiado en cuenta para jugar. Llamarla y que se girara entraba dentro del terreno de los milagros. Y sus intereses se ceñían al Cantajuego y poco más.
Han pasado unos meses y Ares mantiene cierto contacto visual, se le dibuja una sonrisa enorme cuando vamos a recogerla al colegio y te recibe contenta cuando abres la puerta de casa. Pide a su manera: Sin palabras, sin señalar todavía, pero se apaña para decirnos qué necesita; y solemos acabar el día jugando los cuatro en la cama, donde nos lleva ella de la mano. Se va girando cuando la llamas y está pendiente de lo que ocurre a su alrededor. Y el Cantajuego pasó a la historia y otras cosas llaman ahora su atención.
La semana pasada se sentó a jugar con dos niñas de su edad en un parque. Nunca lo había hecho. Nos emocionó tanto, que le hicimos una foto para poder mirarla de vez en cuando y comprobar que no había sido una ilusión.
Ayer, en el CDIAP, se acercó a una niña e intentó quitarle la hoja en la que pintaba para hacerlo ella.
Son pequeños pasos. Cambios insignificantes, quizás. Cambios que la ayudan. Y nos ayudan.
No sabemos si Ares va a 20 o a 60 kilómetros por hora. Sí sabemos que no vamos a 100. Pero avanzamos con la esperanza de llegar lo más lejos posible.
¡Me alegro un montón de esta buena noticia! 🙂
Es un acierto el simil con el coche que avanza a su propia velocidad en cada momento.
Besos y abrazos desde Jaén.
Ares va avanzando, no se estanca, aunque somos conscientes que las dificultades existen. En todo caso, es buena noticia que ella vaya aprendiendo poco a poco.
¡Un beso, Jose!
Qué bueno lo de quitarle la hoja a la otra niña, la velocidad de avance se va incrementando!
Su psicólogo, además, le sacó una hoja, pero a la que te descuidabas se lanzaba sobre la de la otra niña.
Poco a poco.
A mi también me emocionan estos detalles, para muchos insignificantes…como el llegar a la guardería y que sus compañeros le llamen por su nombre emocionados, sin que él les haga ni caso…
Otra comparación de un psicóloga me hizo a mi y me parece muy gráfica es que nuestros niños son como un ordenador nuevo con el sistema operativo vacío que debemos llenar con nuestras enseñanzas, si no se puede con palabras hagámoslo con imágenes…. realmente son como extranjeros intentando comunicarse en un idioma que no es el suyo….
Hola, Paula
Nos apuntamos esa comparación por si podemos utilizarla en algún momento.
Un saludo y gracias por visitarnos!
No son insignificantes. El psicòlogo de nuestro hijo nos dijo una vez (cuando le comentamos algo que había pasado, y que pensàbamos que podía haber sido casualidad): «pocas cosas he visto pasar de casualidad con estos niños». Así que adelante, a seguir avanzando. Un fuerte abrazo!
Gracias, Daniela.
Nada ocurre por casualidad, cierto, y todo cambio es importante por insignificante que pueda parecer, ya que puede llevar asociado otro cambio. Paciencia ya esperar.
Un abrazo también para ti.
Gracias por escribir éste diario, ayuda mucho.
Gracias a vosotros por visitarlo, Ángeles.
Un beso
ME ALEGRO QUE OS AVANCES SE VALLAN PRODUCIENDO VEREIS COMO A SU MANERA ELLA , ESTARA CÓN VOSOTROS…..UN BESO..
Me alegro mucho Miguel Angel, son pequeños mejor dicho grandes avances de nuestros niños, ellos avanzan poco a poco y algunos son mas inteligentes q nosotros mismos. Nos hemos ido los cinco al pueblo de mi marido de vacaciones una semana y Marina ha disfrutado muchisimo. Le gustan los cambios y no le producen ningun desasosiego. Me llevade la mano a la cocina, y dice agua, agua. Pequeño momento de comunicacion. Un abrazo Carmen
Hola, Carmen
Nos alegra que Marina lo haya pasado tan bien. Ares también nos coge de la mano para pedirnos lo que necesita, aunque todavía no dice palabras.
Está muy bien que no lo pasen mal con los cambios, porque también nos facilita a nosotros las cosas.
¡Un abrazo!
Me alegro mucho de estos avances y en tan poco tiempo.
Animos que ya mismo ira a 100 por hora,
Un abrazo a los cuatro en esos momentos de juegos en la cama.